

Este artista compraba auténticos cuadros pintados al óleo por autores desconocidos y mediocres, generalmente las consabidas escenas de la caza del ciervo o paisajes bucólicos, que compraba en el Rastro madrileño o en otros lugares, es decir, lienzos de muy baja calidad o auténticamente kitsch, a los que posteriormente Nono alteraba, añadiendo alguna escena o figura, modificando o retocando ligeramente otra, pero casi siempre con una temática sexual, libidinosa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario